viernes, 28 de octubre de 2011

Remakes de Halloween (3/4): Pesadilla en Elm Street


Continuamos con nuestro ciclo de remakes recientes de clásicos del terror, y hoy le toca el turno a Pesadilla en Elm Street: El origen. Pese a mi entusiasmo previo por ver en su día la peli (de pequeñito era un gran fan de Freddy Krueger), tras visionarla me di cuenta de muchas cosas que, en cierto modo, también eran bastante previsibles: el guión del flín es un absoluto calco de la original (salvo por detallitos sueltos y la media hora final, lo cual hace que la trama pierda sentido: SPOILER si Freddy quería que los emos fuesen a la vieja escuela, ¿por qué se tira toda la peli tratando de matarles? END SPOILER), Jackie Earle Haley está bien como Freddy Krueger pero no consigue hacernos olvidar a Robert Englund (su maquillaje es tan realista que le resta expresividad a su rostro, y encima... ¡es bajito!), los actores principales son todos muy hermosos pero también planos cuales tabla de planchar (me refiero a sus actuaciones, que no se me enfade Rooney Mara), hay unas cuantas escenas de sobradez Made in Michael Bay (al menos no hubo explosiones) y, seguramente lo más previsible de todo, por la noche me costó bastante dormir.

Pese a todo este remake no es una mala película, para nada. De hecho si eres un pipiolo que no conoce la saga de Elm Street seguramente saldrás del cine con la mierda pegada en los calzoncillos, pero uno ya tiene unos años y al recordar el terror que me causaban las películas de Freddy de pequeñito (la puta cancioncita) he de decir que salí del cine pensando "Ah. Bueno. Vale." y eso no habla mucho en su favor. No ha pasado tanto tiempo desde el estreno de la original como para que nos olvidemos con ella, aunque por otro lado las audiencias de hoy en día son más difícilmente impresionables, por tanto encontrar el término medio entre una y cosa y otra es harto complicado. "¿Cómo se combate eso, cómo hacemos para diferenciar este remake de la original aunque manteniendo sus señas de identidad?", debieron pensar los productores de Hollywood, y optaron por la solución más facilona: más medios técnicos, más ordenador (pese a que tampoco me parecieron unos efectos especiales demasiado brillantes) y, sobre todo, más Freddy. Y creo que ése ha sido el principal error de la peli: enseñarnos demasiado a Freddy (tanto que cuando aparecía ya ni sorprendía), romper demasiado pronto (¡se le ve el rostro ya incluso antes de los créditos del inicio!) ese misterio que sí mantuvieron en la pinícula original entre tanta oscuridad y tufillo a serie B que la convirtieron en un clásico de su época.

Hubo intención de hacer una nueva trilogía pero fue tamaño el hostiazo que se pegó en taquilla que dichos planes fueron cancelados (a JEH se la pelaba, tenía ya el contrato firmado e iba a cobrar igual). De todos modos, hay un hecho que nos da que pensar: ¿cómo habrían enfocado las siguientes películas de haberlas realizado? ¿Habrían hecho en la siguiente un copipaste de la tercera (para mi gusto la mejor de toda la saga original) o habrían introducido elementos nuevos? Miedo me da imaginar lo que podría haber salido de ahí aunque también siento curiosidad, no lo voy a negar, por ver si Freddy habría recuperado su humor negro característico a la hora de cargarse a sus víctimas, algo que no hemos visto en este remake (ni en la primera original, todo hay que decirlo). Ésa fue la principal virtud del personaje y lo que hizo que destacara de entre el batiburrillo de slashers de la época: su gran sentido del humor, que hacía que casi nos identificáramos más con él que con los sosainas adolescentes de turno a los que se cargaba.

Por ello, y viendo que en este remake han tirado de tristes emos, zorras poligoneras, chulitos de gimnasio e incluso de un vlogger (con v), propongo que si por un casual algún día decidiesen hacer la continuación de esta pinícula, y para diferenciarla de la insuperable Dream Warriors, hagan algo hasta ahora nunca visto en las pelis de Freddy: ¡que usen niñatos que ya sean famosos! Seamos serios y pongamos al cine español de ejemplo: hasta que hace un par de años las carteleras no empezaron a llenarse de rostros conocidos de la tele el producto patrio se estaba comiendo medio mojón en taquilla (ahora sólo se come un cuarto de mojón). Por ello sugiero que vayan un paso más allá y le den placer a la audiencia enseñando cómo sería masacrado sin piedad el niñaterío famosil más repelente: Bill Kaulitz, de Tokio Hotel (maravillosa imagen de Freddy usándole como escobilla gigante de báter), los de Física o Química (obligándoles a leer un libro, a no enseñar el torso durante cinco minutos o a follar sólo por amor, más mono que estaría Freddy vestido de institutriz), Justin Bieber (a éste podrían dedicarle una película para él solo), Robert Pattinson (Freddy vestido de Abraham Van Helsing clavándole estacas de madera en ya sabéis dónde), Kristen Stewart (ésta es que lo va pidiendo a gritos, está todo el tiempo más dormida que despierta), los Jonas Brothers (podrían ser multiplicados en centenares y que Freddy los persiguiera con un bote de Raid) o incluso Miley Cyrus (con ésta bastarían tres palabras para acabar con ella: "YA. ERES. VIEJA."), por ejemplo. Y éstos sólo para la segunda parte, que para la tercera podrían usar a contertulios rosa o a políticos y el pobre Freddy no daría a basto. Tanta gente y tan pocas garras.

Remake del post PSÉadilla en Emo Street de julio de 2010. Por Albret Hitman.

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